Metodología niños de 2 años

Programa piloto para la escolarización de niños de 2 años que la Conselleria de Educación

La implantación progresiva de la enseñanza de dos años en los centros públicos de la Comunitat. Según se dio a conocer en la presentación de la iniciativa, un total de 600 niños de 2 años de 33 centros públicos participarán este curso escolar en el programa piloto de la Conselleria de Educación para extender la gratuidad de la educación en este tramo de edad con el objetivo de que al término de la legislatura este plan se haya implantado en los 2.000 colegios públicos de la Comunitat Valenciana, que supondrá un coste máximo de 120 millones en personal. De este modo, los 33 centros seleccionados implantarán un aula con un máximo de 18 alumnos, dos menos de los que marca la ratio, que serán atendidos para garantizar la calidad por una maestra y un técnico superior en educación infantil, que ayudará también a asistir a los niños de 3 durante el primer trimestre.

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http://www.20minutos.es/noticia/2555800/0/clases-programa-escolarizacion-ninos-2-anos-empezaran-13-octubre/#xtor=AD-15&xts=467263
En total, 33 centros educativos de la Comunitat Valenciana acogen esta prueba piloto, y entre ellos dos aulas en la Marina Alta,en Dénia, en los colegios Cervantes y Les Vessanes. En total, 36 niños, 18 por aula, quienes serán atendidos por un docente y un educador por aula.
La intención de este programa piloto es ampliar la enseñanza infantil, con esta línea abierta para niños de dos años, avanzando así la educación pública y gratuita a esta edad. La intención es ampliar el número de aulas de forma gradual en los próximos cursos.

Una metodología para el aula de 2 años
Paloma Sáinz de Vicuña
La progresiva escolarización de niños y niñas de 2 a 3 años está tomando diversas formas: en escuelas infantiles de primer ciclo, en escuelas infantiles de 0 a 6 años (modelo tristemente en peligro de extinción), en aulas de 2 años anejas a un centro de infantil y primaria, tanto en la red pública (sobre todo en algunas comunidades autónomas, como País Vasco y Cantabria) como en la privada.
No nos cabe duda de la importancia de esta extensión de plazas, que responde a una creciente valoración de las familias de una intervención educativa temprana, así como a las necesidades derivadas de la conciliación de la vida familiar y laboral. Pero es necesario hacer una reflexión sobre el modo en que esta intervención educativa está desarrollándose, tanto desde el punto de vista de las condiciones de la escolarización (ratios, espacios, horarios, profesorado, etc.) como desde el punto de vista curricular y, especialmente, metodológico.
La idea central de este monográfico es la de ofrecer algunas claves para mejorar la práctica educativa en la edad de 2 a 3 años, vista la extensión que esta escolarización está abarcando, y vista la tendencia a "arrastrar" metodologías propias de niños mayores y trasladarlas a estas edades. Pensamos que en esta edad las necesidades de los niños son diferentes y que el juego debe ocupar un lugar primordial en la intervención educativa.
Una propuesta metodológica no puede ir desligada de las condiciones en las que se produce la escolarización, más bien habría que decir que estas condiciones la determinan. Veamos la incidencia de tres de ellas:
  • El número de alumnos por educador: este factor es el más determinante de la metodología que se puede emplear.
  • Los espacios adecuados, seguros y diversos, a disposición de los niños, pensados para ellos y para facilitar la atención a diversos grupos del educador.
  • La formación de los educadores y el trabajo en equipo.
Veamos a continuación las principales bases metodológicas.
El diseño del ambiente
Es importante que el aula sea espaciosa, si este grupo puede tener hasta veinte niños, los requisitos mínimos suelen establecer un mínimo de 40 m2. Pero eso es muy poco para unos niños en continuo movimiento y actividad. Un aula de 60 m2 es muy adecuada.
El aula debería tener acceso directo al jardín, o al menos se debería poder acceder a él con facilidad. También debería contener un espacio visible y accesible de servicios higiénicos, de manera que los niños puedan acceder a ellos libremente y siempre estén supervisados por los educadores.
El espacio del aula debería estar subdivido en zonas de actividad: a los niños de esta edad les gustan los espacios pequeños, recogidos. Estas divisiones se pueden realizar con muebles bajos, que permiten la vista del adulto por encima de toda el aula, pero que dan intimidad al juego en pequeño grupo.
¿Qué zonas dentro del aula nos parecen imprescindibles en el aula de 2 años?
  • La zona del encuentro. Cercana a la luz natural, cálida y agradable.
  • La zona de mesa, preferiblemente colectiva y amplia.
  • La zona de construcciones. Conviene destinar a ello una zona, sobre un suelo o tarima de madera, que no sea de paso, para que, en pequeño grupo, desarrollen esta actividad.
  • La zona de juego simbólico. Los más apropiados son: los disfraces, la cocina, la casita, la granja y el garaje.
El jardín
Defendemos el nombre de "jardín" en lugar del tradicional patio, por ser más fieles al espíritu de Froëbel, iniciador de la educación infantil, y como indicador de una tendencia que debemos asumir, especialmente para los niños y las niñas de 2 a 3 años, que se resume en poner a su disposición un mayor contacto con el mundo natural, en estos momentos en que estamos preocupados por el gran deterioro de este medio y por el alejamiento de los niños urbanos de sus raíces como seres humanos. Estimular los nuevos conocimientos, el descubrimiento del entorno, de sus elementos naturales, experimentar nuevas experiencias sensoriales y nuevas "aventuras", será la base de los aprendizajes científicos posteriores.
Los materiales
En una edad en la que la manipulación es la primera fuente de conocimientos, conviene reflexionar mucho sobre los materiales que ponemos a disposición de los niños. Nuestras recomendaciones son: no ofrecer demasiados materiales, que todos ellos tengan un sitio asignado y sean accesibles, priorizar los materiales naturales (disminuir el plástico) y los instrumentos para la manipulación (mesas de agua y arena, baldes para manipular masas, construcciones, objetos).
Las relaciones personales
El educador o la educadora de este grupo de edad tiene que saber que el éxito de su metodología depende, en gran medida, de la relación de confianza que se establezca en el aula. Veamos qué características debe tener esta relación:
  • Aceptación de cada uno. Esto tiene varias implicaciones, aceptar a un niño significa intentar comprenderle en sus manifestaciones, en sus intereses y en sus conflictos, sin desacreditarle ni clasificarle. La aceptación conlleva también la expresión de nuestro afecto, de nuestro cariño, a través de momentos únicos, individuales, con cada uno (en los cambios, al acostarse, al despedirnos...).
  • Comunicación. Intentemos explicarnos y que se explique cada niño ante diversas situaciones o conflictos. Verbalizar tiene en esta edad una importancia clave, es darle la posibilidad de canalizar un enfado, una frustración, ayudarle a convertir en palabras una tensión, para poder neutralizarla. También es necesario llamar a cada niño o niña por su nombre, mirarle a los ojos cuando se le habla... Intentaremos conseguir un estilo comunicativo sereno, en tono pausado, a ser posible dirigiéndonos no siempre al colectivo, sino a cada niño, cerca, a su altura.
  • Confianza en sus posibilidades. Si confiamos en cada niño, ante sus propuestas, tal vez descubramos su capacidad creciente de autonomía, de destreza. Limitemos ese "no", que nos sale tan rápido a veces, a auténticas situaciones de riesgo; démosle la posibilidad de experimentar, de tantear, de probarse a sí mismo. Confiemos en él.
La vida cotidiana
La principal característica de la organización del tiempo diario en el aula de 2 años es la sucesión de una rutina, clara y estable, pero aplicada de forma flexible. Rutina porque los niños y las niñas necesitan unos parámetros claros, que se repiten y les dan seguridad, permitiéndoles empezar a organizar su tiempo, aprender a anticipar lo que viene a continuación y esperar. Pero flexible, entendiendo que las actividades tienen un ritmo diferente para cada niño y que, cada día, el grupo realiza un recorrido, único y original, y los educadores respetarán ese proceso. Es indispensable un ambiente de tranquilidad.
En cuanto a la autonomía personal, uno de los principales objetivos de la escuela infantil es que aprendan a hacer las cosas por sí mismos, no simplemente que los niños coman, estén limpios o duerman. Y este año, de los 2 a los 3, los niños y las niñas van a conseguir unas cotas muy altas en materia de autonomía.
Estos aprendizajes se producirán de la manera más natural posible, de forma individualizada, transmitiendo confianza en los niños, cariño y apoyo en la consecución de cada logro y, por supuesto, contando con sus familiares. Evitaremos castigos y premios, comparaciones, comentarios despectivos, enfados.
Las actividades
Una de las principales decisiones que toma el educador, en un grupo de niños y niñas de 2 años, es el tipo de actividades que va a organizar en la clase. A veces sólo se nos ocurren actividades "escolares" a las que estamos más habituados: la ficha, el dibujo, etc. Trasladamos a estos pequeños los métodos propios de la enseñanza tradicional de mesas y sillas. Por eso es necesaria una actitud de observación de las necesidades infantiles, de escucha a cada individuo, de análisis de cada una de nuestras propuestas.
Aquí vamos a exponer los dos principales tipos de actividades para esta edad: el juego libre y las actividades propuestas para un pequeño grupo.
El juego libre
El juego libre es la actividad principal de los niños y niñas de 2 a 3 años. A través de ella, los niños tantean y experimentan con su entorno, lo interpretan y modifican a su antojo, aprenden nociones espacio-temporales, y manejan las características de los objetos. También desarrollan su lenguaje, se relacionan con otros niños e interiorizan normas sociales. La cuestión es que lo sabemos, pero no lo practicamos.
A veces podemos tener la sensación de no estar "enseñándoles" cuando les vemos jugar. Es necesario convencerse de que el juego es su manera natural de aprender y de que sólo si juegan mucho, mucho, mucho, estarán en situación de querer aprender más en el futuro. Prepararles para la escuela posterior, para el éxito escolar, exige dejarles jugar ahora.
Realmente, el juego "libre" no es tan libre, es un juego "limitado" por el contexto en el que se realiza. Los educadores tenemos una gran responsabilidad en dotar de los elementos oportunos al juego infantil, en establecer un ambiente rico en sugerencias, espacios y materiales, en acompañar a los niños, si es necesario, enriqueciendo sus posibilidades de juego, en observarlos para conocerlos mejor. La tarea del educador es enorme, no tengamos la sensación de que no hacemos nada mientras juegan; todo lo contrario, nuestra actividad es diferente, pero también intensa.
¿Qué tipo de juego libre realizan los niños y las niñas de 2 a 3 años? Juego simbólico, juego motor, juego de construcciones, juegos de manipulación, juegos de mesa y lectura libre.
Las actividades propuestas para un pequeño grupo
Veamos algunos principios a la hora de plantear actividades.
Cuanto menor sea el grupo, mejor
Este principio es válido para todas las actividades que organicemos, con niños y niñas de 2 años. Es cierto que muchas escuelas tienen hasta veinte niños por grupo (por desgracia, es una ratio máxima, que se cumple en muchas aulas) y, en casi todos los casos, entre dieciséis y veinte. Son muchos niños, tal vez no para compartir un espacio, pero sí para realizar una misma actividad. Los niños y las niñas necesitan una atención individualizada, un contacto personal con el educador y un tiempo extenso, o al menos flexible. Los centros que lo han experimentado saben que es muy diferente una sesión, por ejemplo, de psicomotricidad con ocho niños que con dieciséis. O una salida al parque. O un taller de plástica.
Propongamos actividades para pocos niños, al menos a veces. Es una buena costumbre que podemos incorporar poco a poco. Tenemos la suerte de que los demás niños están jugando y aprendiendo mientras tanto, mediante el juego libre. Podemos aprovechar que tenemos una educadora de apoyo, algún día por semana, algún familiar, la directora del centro, la alumna en prácticas, o que los niños ya juegan tranquilos y podemos atender a dos cosas a la vez.
La posibilidad de elegir las actividades
Éste es un principio importante, se trata de respetar los intereses de los niños, su motivación a la hora de realizar una actividad. En otros países, las educadoras proponen alguna actividad y los niños que quieren la realizan, no consideran necesario que la hagan todos a la vez. Los demás siguen con su juego libre.
El tiempo flexible a la hora de acabar
Cada niño tiene su ritmo y, a menudo, como algunos acaban, presionamos a los demás para que acaben también. Respetemos el tiempo individual, imprimamos un carácter tranquilo a las actividades, pausado, sin prisas, y que cada niño acabe a su ritmo y pueda reiniciar su juego libre tranquilamente, mientras los demás disfrutan de la actividad.
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Paloma Sáinz de Vicuña
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